lunes, 25 de mayo de 2009

Parábola de la viña


Texto: Isaías cap. 5 del 1 al 7





5:1 Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil.



5:2 La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. 5:3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña.



5:4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?



5:5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada.



5:6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.



5:7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.







Reflexión:



Existen muchos pasajes en las Escrituras, que nos comparten ilustraciones basadas en el contexto cultural, para una mayor comprensión del mensaje a entregar, en este caso los viñedos eran parte importante del diario vivir en las tierras bíblicas. Podemos ver otros pasajes similares como Isaías 27:2, Jeremías 2:21, Ezequiel 15 y las expresiones de nuestro Señor en San Juan cap. 15.



Este trozo del libro de Isaías, nos comparte una canción que conjuga el amor y la frustración en breves líneas.



Este poema expone, sobre las condiciones especiales que se consideraron en el trabajo de esta viña en particular, como es la utilización de un lugar fértil (propicio para dar frutos), con la preocupación que esté protegida y cerrada especialmente de los animales, con una prolijidad destacada, ya que incluso se le habían retirado todos los posibles obstáculos para el crecimiento de la semilla, y finalmente se había sembrado la mejor semilla, una vid escogida para dar la mejor uva. También nos expone sobre la vigilancia preparada y culminando nos indica que se había construido un lagar, para procesar ese rico fruto a cosechar. En todo lo expuesto vemos cuidado, esmero, protección, pero también amor.



Sin duda estaba todo dado para que fuera la cosecha un tiempo de alegría y celebración, pero el final del verso 2 termina con una gran frustración… “dio uvas silvestres”. ¿Qué paso?, la canción ilustra este trágico momento, como buscando una explicación, ¿Qué más podía hacer?, que tristeza, que amargura, literalmente que mal sabor… Uvas rancias, uvas amargas, agrias…ácidas.

Los versos siguientes en medio de un lamento, el dueño menciona…¿Qué faltó…?...¡Lo hice todo!, y con esa convicción se expone al veredicto de sus vecinos, y ante ellos menciona lo que hará, en primer lugar, quitará su protección (vallado) dejándola para que sea consumida y pisoteada, y luego no habrá nadie que se preocupe por ella, ni siquiera la lluvia la visitará. Que tristeza.



Lo hermoso de este pasaje es que se explica por sí mismo, y nos dice el verso 7 , que el amado y dueño de la viña es Dios, y la viña es Israel, los hombres de Judá fueron las plantas deliciosas, ya que vemos Abraham, un Isaac, un José, hombres íntegros. Dios puso su protección, su cuidado, un vallado sobre su pueblo, les dio un gran templo como torre, pero el fruto del pueblo, que pudo haber sido de fidelidad a Dios, fue idolatría, en vez de ser temerosos a Dios fueron viles.



Al meditar en este pasaje no podemos dejar ampliar nuestra reflexión sobre el gran amor de Dios por la humanidad, ya que nos crea, nos cuida, nos protege, nos sustenta y estando en el mismo huerto el hombre fracasa.



El amor de Dios se sigue manifestando en la historia de la humanidad y vemos en San Juan cap. 15 (la vid verdadera), las palabras del maestro indicándonos que ahora “Él es la vid”, nosotros los pámpanos y que separados de Él nada podemos hacer.



Hoy nosotros somos parte del pueblo de Dios (San Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”) y por lo tanto somos parte de la “VID VERDADERA”, y el Señor espera que seamos un pueblo que fructifica, porque, en base a lo anterior, hemos sido cuidadosamente limpiados y con esmero cultivados para que llevemos fruto y principalmente, nos ha provisto de su Espíritu. Por tanto, no tenemos excusa alguna para no dar buenos y agradables frutos. (Galatas 5:22 y23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.)






La pregunta final es, si el amado viniera y tomara de nuestro fruto…encontrará delicia, encontrará un buen fruto y se alegrará? o encontrará amargura…

jueves, 21 de mayo de 2009

DIALOGO EN EL CIELO


Al chocar un bus, tres hombres se encuentran dialogando así:
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* Como llegastes al cielo, bueno responde el primero, yo siempre me preocupé de dar grandes sumas de dinero a la Iglesia y de esa forma me aseguré de llegar acá.
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* Luego le preguntan al segundo hombre y este menciona que por muchos años cuidó a su mamá enferma, descuidando sus propios intereses y por ello se ganó este lugar.

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* Y el tercero menciona, bueno yo llegué acá, por todas mis buenas obras... ayudé siempre a los necesitados, dí pan a los mendigos y colaboré con todos los que me lo solicitaron.
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Finalmente estos tres hombres dejando de lados sus explicaciones comienzan a comentar...
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"¡¡¡PERO QUE TERRIBLE ES EL CALOR EN EL CIELO!!!".
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TEXTO BIBLICO
Efesios
2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.

JUSTIFICADO POR GRACIA

Lección: TITO 3:1 – 8
Texto Efesios 4:1 al 3
Domingo 24 de Mayo 2009



Introducción:
Pablo enfatiza a Tito en la obediencia y la conducta correcta para con todos, le pide que recuerden a partir de lo que eran, antes de la conversión, los cristianos, que lo son por medio de Cristo. Deben hacer buenas obras y evitar los debates innecesarios.

Desarrollo:
v. 1. Recuérdales—que están en peligro de olvidarse de su deber. Aunque lo conozcan. Los privilegios espirituales no nos autorizan para desvincularnos de los deberes civiles. Existe la oposición del cristianismo al paganismo, y la natural disposición de los cristianos a rebelarse a las personas mundanas.

Pueden llevar a muchos a olvidarse prácticamente de los principios cristianos, como la sumisión a los poderes existentes. Los cretenses tenían una fuerte inclinación hacia la insubordinación desenfrenada. La obediencia voluntaria se muestra en ser “prontos a toda buena obra.” Rom. 13:3.

v. 2. Que a nadie infamen—especialmente, a las “autoridades en el Señor”. No atacando a otros, humildes para con los que nos atacan. Considerados, no buscando nuestros derechos hasta el fin, sino indulgentes y bondadosos. (Nota, Fil. 4: 5). Muy diferentes de la avaricia natural y el espíritu agresivo, que era la característica de los cretenses. El deber de la conducta cristiana debe ser consecuencia de la gracia de Dios a todos los hombres.

v. 3. Nuestros pecados pasados deberían conducirnos a la clemencia para con otros. “No desprecies a nadie, porque tú eras igual de despreciado”, los que ahora somos cristianos. Así como Dios nos trató. Así debemos tratar a nuestro prójimo. Nos Faltaba corrección en nuestra manera de vivir. Irracionales. Un cuadro claro de la vida humana sin la gracia de Dios. La gracia es el único remedio para la necedad contra Dios. Servíamos como esclavos a la carne. Porque el apetito saciado pide el cambio constante de deleites. Provocábamos el odio de otros por nuestro carácter y conducta detestables y a la vez, los aborrecíamos a ellos.

vv. 4, 5. Pero cuando la bondad de Dios nos alcanzo, mostró cuán poca razón teníamos para enorgullecernos y despreciar a los que no eran cristianos. Es a “la bondad y amor de Dios”. No a nuestros méritos propios, que debemos nuestra salvación. Enseñándonos a tener este amor (benevolencia) así como Dios manifestó la gracia “a todos los hombres” (Ti. 2:11). Al contrario de las características (“aborrecibles y aborreciendo”) de los hombres no regenerados.

v. 5. No como resultado de nuestras buenas obras. Sino obradas por la justicia perfecta hechas en Dios”. Hay en nosotros una ausencia absoluta del elemento (“justicia”) en que sólo podrían hacerse buenas obras, y por lo tanto hubo ausencia de buenas obras. “Nosotros ni hicimos obras de justicia, ni fuimos salvados en por ellas: Porque la bondad de Dios lo hizo todo”. La regeneración es cosa hecha una vez para siempre, nuestra naturaleza cambia y nos convertimos en una criatura nueva; la renovación es un proceso diariamente continuado.

v. 6. El Espíritu Santo “vertió”, como líquido; no sólo sobre la iglesia en general en Pentecostés, sino también “sobre nosotros” individualmente. Este vertimiento del Espíritu comprende la gracia recibida antes de, en, y después del bautismo. Así como el Padre es “nuestro Salvador” inmediatamente. El Padre es el autor de nuestra salvación, y nos salva por Jesucristo.

v. 7. El propósito que Dios tenía al salvarnos (v. 5), era para, justificarnos por su gracia, y para que seamos hechos herederos. Tal esperanza bienaventurada, que antes no teníamos, llevará al creyente a practicar la santidad y la mansedumbre para con otros, y era la lección necesitada por los cretenses.

v. 8. “Fiel es la palabra a lo gratuito del don de Dios que es la salvación. Los que han aprendido a confiar en Dios, en lo que dice procuren mantener buenas obras. No aplicando más cuidado a especulaciones “infructuosas”.

Conclusión:
Nunca deberíamos olvidarnos, cuál fue nuestra condición antigua, y vivir hoy en consecuencia a la obra regeneradora que a hecho Jesús en nosotros siendo nuestros actos un reflejo de nuestra nueva condición.


Ilustración
En la historia de la literatura rusa impacta el caso del conde León Tolstoi, escritor de grandes obras universales, tuvo él mismo, una ida que bien parece sacada de una novela. Vivió una intensa búsqueda espiritual que concluyo feliz. Leyendo los evangelios sació por fin sus anhelos más profundos.
Lo interesante es que esta experiencia no sólo transformó su vida sino también su literatura. De novelas brillantes como: Ana Karenina, la guerra y la paz o Resurrección, y en las que de hecho ya se plasmaba la presencia tangible de su fe, se dedicó finalmente a la escritura de verdaderos comentarios bíblicos, atrapado por el evangelio ya que sólo quería hablar del mensaje vivo y transformador de Jesucristo.

martes, 19 de mayo de 2009

PABLO EN ATENAS


Hechos 17: 16-34


17:16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.

17:17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.

17:18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.

17:19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?

17:20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. 17:21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)

17:22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;

17:23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.

17:24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,

17:25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.

17:26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;

17:27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

17:28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.

17:29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.

17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;

17:31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

17:32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.

17:33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.

17:34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.



Leyendo este pasaje... cuántas veces vemos a personas que dicen ser adoradores de Cristo y sin embargo demuestran con sus acciones que NO LE CONOCEN.


“Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio Hechos 17:23

¿Tienes un “conocimiento real de Aquel a quien adoras”?.
“Mas algunos creyeron...” Y también Dionisio el areopagita, Damaris y tantos otros personajes de este mundo que han vivido el resto de sus días de una manera diferente después de haber “CONOCIDO AL DIOS NO CONOCIDO” a través de la predicación de Pablo.


Recuerdo las expresiones de una persona religiosa y muy letrada, en realidad es profesora de Filosofía pensionada, pero que se asombró al escuchar la oración de una humilde mujer a la cual le estaba enseñando a leer y la profesora decía…”María, oras como si estuvieras viendo al Señor, como si estuviera a tu lado, aquí contigo…”.



¿Cuántas personas podríamos enumerar que dicen adorar al Señor Todopoderoso y sin embargo viven sus vidas como si El no existiera?.

Si el Señor te ha adornado con dones y talentos, con los cuales puedes honrar a Dios en adoración, si puedes predicar de tal modo que muchos se emocionen, si tus dedos se deslizan por las cuerdas o las teclas de un instrumento haciendo que otros sientan la presencia de Dios por tu música, si tus cuerdas vocales son un instrumento que Dios utiliza para recibir tu adoración, pues entonces eres un bendito o bendita… Pero recuerda que todo esto queda empañado si no le obedeces y vivieras el resto del día o la semana como si no le conocieras.

Recordemos las expresiones del maestro con la mujer samaritana:
22Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
23Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
(Juan 4:22-24)
Los cielos nos dan un hermoso ejemplo de adoración... y las escrituras nos ha regalado una imagen gloriosa de la ADORACION CELESTIAL.
"Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas".
(Apocalipsis 4:9-11)
Bendiciones.

domingo, 17 de mayo de 2009

AMARGURA?


¿Aún con Amargura…?
Muchas veces, sucede que después de cierto tiempo como cristianos, no vemos bendiciones de Dios y tampoco tenemos una vida victoriosa, hay quienes claman y claman a Dios, pidiendo su intervención en algo que nos preocupa, y al parecer no hay una respuesta concreta, por lo que bien vale la pena revisar nuestra vida y nuestra propia relación con Dios. Y esto muchas veces obedece a que en nuestro corazón aun hay raíces de amargura. “Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando os impida, y por ella muchos sean contaminados” (Hebreos 12:5).

La Palabra de Dios enseña que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron y he aquí todas son hechas nuevas “(2 Corintios 5:17), ahora observa este pasaje: ¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros…. Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados…”. (1 Corintios 6:9-11). Note que el verso dice, “Y esto erais algunos”, aclarando que ya fuimos lavados y santificados, de ahí que somos nuevas criaturas, así que el Señor purifica nuestra alma y nuestros pecados los hecha a lo profundo de la mar: Miqueas 7:19 “El tornará, él tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados” Sin embargo, no todos los nacidos de nuevo están dispuestos a aceptar este regalo de transformación y deciden conservar pecados que se convierten en raíces de amargura.

Nadie debería adorar a Dios, si no ha sabido perdonar, “Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente” (Mateo 5:23,24). El Señor Jesús nos enseñó a pedir perdón y perdonar a quienes nos ofenden “Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15).

Las raíces de amargura tienen que ver con nuestros sentimientos negativos hacia otra persona, odio, rencor, envidia, hipocresía, falta de perdón, etc., por ello la Palabra de Dios nos exhorta a lo siguiente: “Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia: Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo” (Efesios 4:31-32).

Basado en todo lo anterior, ¿cómo es nuestra relación con los demás?, ¿Estamos en paz con todos?, ¿Necesitamos ejercitar el perdón? “SED, pues, imitadores de Dios como hijos amados: Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave” (Efesios 5:1-2). Amén.