Hay una experiencia que escuche hace muchos años y decía así: "Había un hermano en una zona de campo que criaba muchas aves, entre estos tambien tenia patos, y una mañana se da cuenta que la pata había tenido mucho patitos, los cuales andaban alrededor de su madre, ovbiamente la PATA. El hermano pensó en separar inmediatamente la primicia, pero, como estaban recién nacido penso en criarlo, alimentarlo y luego llevarlo a la casa pastoral.
Nuestro hermano identificó un patito con una cinta roja, para cuando estuviera grande saber cual llevaría como primicia.
Pasaron los días y nuestro hermano cada mañana alimentaba sus aves y siempre se preocupaba que "el patito del Señor" estuviera alimentándose normalmente.
Llegó el día que los patos estaban grandes, lindos y especial para cocinarlos, por lo cual, nuestro hermano recordó que tenía que llevar el pato identificado con la cinta roja como primicia para el Señor, lo busco, lo tomo en sus brazos y penso "este es el pato del Señor y lo llevaré a la casa pastoral para buscar mi bendición".
Sale de su hogar con el pato en sus brazos, y alegremente pensaba en el pato del Señor, pero en el camino hacia la casa pastoral se da cuenta que el pato era hermoso, grande, y se imagina un rico pato asado en su mesa, y sin darse cuenta sus pensamientos fueron cambiándose y botando la cinta roja que tenía en una pata dijo "este no es el pato del Señor", se detiene en el camino y se regresa a su hogar pensando en el rico almuerzo que compartiría con su familia.
Fue así como nuestro hermano no cumplió con lo que a Dios le correspondía, pero grande fue su sorpresa cuando sin darse cuenta una peste mata a gran parte de sus aves, otras fueron robadas una noche y toda su hermosa crianza se arruinó de la noche a la mañana.
Solo después de algunos días reflexionando en esta calamidad, que nunca le había ocurrido, se acordó de la cinta roja y de cómo se había turbado y no había cumplido con el Señor desechando su bendición.
Cuantas veces hemos perdido la bendición por no cumplir con el Señor, y como diariamente, quincenalmente y mensualmente sacamos la cinta roja y nos comemos lo que ha Dios le corresponde y no alcanzamos a recibir su bendición, todas nuestras pérdidas tienen un motivo, busquemos la cinta roja ya que está consagrado para Dios
sábado, 24 de mayo de 2008
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